El R134a es 1.430 veces más nocivo con la atmósfera que el dióxido de carbono (CO2). Los vehículos nuevos están obligados por ley a disponer de un refrigerante más respetuoso con el medio ambiente. ¿Está su taller preparado?
El R134a se ha usado en la industria automotriz durante más de 20 años. Si lo comparamos con el desarrollo progresivo de los vehículos en la actualidad y los avances en otros fluidos y lubricantes en la industria del motor, el cambio de los refrigerantes del aire acondicionado lleva bastante retraso.
En 2011, entró en vigor la directiva europea 2006/40/CE. La nueva ley requiere que todos los automóviles y furgonetas de nuevo diseño fabricados para su uso en la UE y equipados con aire acondicionado, dispongan de un índice GWP de 150 o inferior.
El índice GWP mide cuánta energía absorbe un gas en comparación con la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) durante más de 100 años. Cuanto mayor sea el número, mayor será el problema. El CO2 tiene un índice GWP de 1, así que el límite fijado por la directiva europea para los refrigerantes de nuevos vehículos es 150 veces más nocivo para la atmósfera que el dióxido de carbono (CO2).
El R134a es el refrigerante de preferencia en la industria automotriz antes de la introducción de la nueva ley; tiene un índice GWP de 1.430. Con su índice GWP significativamente superior a la cantidad fijada por la nueva ley, se tuvo que conseguir un refrigerante que sustituyera al R134a.
Se consideró al dióxido de carbono (CO2) debido a su índice GWP extremadamente bajo, pero los resultados de las pruebas revelaron que funciona mal en climas muy cálidos y que requiere presiones de servicio mucho mayores. Esto aumentó la preocupación de la industria sobre seguridad y el aumento del consumo. Finalmente se encontró un nuevo refrigerante que cumpliera los requisitos de la directiva. El HFO-1234yf o R1234yf, como se le conoce comúnmente, tienen un índice GWP de solamente 4. Por esta razón se ha elegido este refrigerante para sustituir al R134a.
Cuando se introdujo por primera vez el R1234yf en la industria automotriz existían preocupaciones de seguridad respecto a la inflamabilidad del nuevo refrigerante. No obstante, debido a sus beneficios medioambientales de un gas con un impacto tan reducido en la atmósfera, se adoptaron soluciones sencillas para utilizar este gas. Para garantizar que la industria de reparación está informada sobre la inflamabilidad del R1234yf, las etiquetas del refrigerante contienen una llama y algunos fabricantes incluso han incluido este símbolo en el capuchón del conector.
Los conectores de mantenimiento son casi idénticos a los que se usaban con el predecesor R134a, pero las sutiles diferencias garantizan que se tengan que utilizar los sistemas de carga específicos del R1234yf para prevenir la contaminación cruzada, ya que estos refrigerante no pueden mezclarse.¿Puede usted identificarlas sutiles diferencias entre los conectores de mantenimiento del R1234yf (izquierda) y del R134a (derecha)?
Debido al gran número de vehículos equipados con R134a, existen estaciones de carga duales para abastecer al refrigerante tradicional, así como el “recién llegado” R1234yf. Éstas constan de depósitos de refrigerante separados y tuberías para evacuar y cargar los circuitos del aire acondicionado.
Para aquellos que ya poseen una estación de carga R134a, también hay disponible equipamiento específico para el R1234yf, haciendo de ello una atractiva inversión para los talleres que quieran incorporarse al mercado del R1234yf.
Sin embargo, en este momento, el coste del nuevo refrigerante es significativamente superior que el R134a. Los talleres que ofrecen el servicio de recarga deberían tener esto presente a la hora de planificar cualquier oferta de precio fijo. Para aquellos que estén interesados en ofrecer cargas de aire acondicionado por primera vez; cualquier mecánico que vaya a realizar este trabajo deberá disponer del certificado oficial para gases fluorados.
El módulo específico para el mantenimiento del aire acondicionado ofrece a los mecánicos toda la información técnica homologada necesaria para realizar el mantenimiento de sistemas de aire acondicionado de manera segura y eficaz, usando ambos tipos de refrigerante.